domingo, 10 de junio de 2012

El cuento realista

El realismo clásico se inició en la segunda mitad del siglo XIX en contraposición al romanticismo.
Autores como Balzac o Flaubert en Francia, Galdós en España o Tolstoi y Dovstoieski en Rusia son algunos de los representantes de esta corriente.

El realismo pretendía ser un fiel  reflejo de la sociedad,  sin concesiones ni florituras literarias. Claro y conciso, era también una forma de denuncia social y retrataba con precisión a las clases más desfavorecidas y las diferencias sociales.

Algunas características de este género serían las amplias descripciones, exactas y documentadas; un lenguaje a dos niveles: culto en la voz del narrador y popular ( o coloquial) en los diálogos entre los personajes dependiendo de su extracción social.
Los protagonistas son antihéroes: generalmente de clase baja o media enfrentados a la clase alta y poderosa haciendo especial incapié en las diferencias.
Los escenarios solían ser urbanos, aunque también los hay rurales y de carácter más personal, como las casas de los pobres y las mansiones de los ricos.
Los temas hacían referencia al entorno social, a la realidad, poniendo el foco, en la mayoría de los casos, en las miserias humanas y la desdicha de los personajes.
El narrador solía ser omnisciente, objetivo y frío, distante. Su función era retratar la realidad de la forma más exacta posible sin emitir juicios de valor y tomar partido.
El objetivo de este tipo de literatura era denunciar  la injusticia a través de un fiel reflejo de la sociedad.

El realismo llegó a nuestros días de la mano de autores como Salinger, Steinbeck y otros tantos  escritores, y se convirtió en realismo sucio gracias a la pluma de autores como Raymond Carver o Charles Bukowski.

Hemos tomado como modelo a Carver y hemos leído Tres rosas amarillas, uno de sus libros de relatos donde nos muestra personajes de las clases americanas más desfavorecidas y su cotidianeidad, en un estilo minimalista, en frases cortas y tajantes, sin artificios ni adjetivación. La realidad pura y dura.
Hablé de Carver y su obra ampliamente en este blog hace algún tiempo: http://gatosporlostejados.blogspot.com.es/2010/01/tres-rosas-amarillas-raymond-carver.html

Y la próxima semana, última sesión y cena de despedida.
¡Ya os contaré!






10 comentarios:

  1. Una buen a manera de contar lo que nos encontramos en las páginas de un libro que sigue esa tendencia literaria. ¡Gracias por sintetizarlo en unas frases!
    ¡Besossss!

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  2. Hola Pat,
    cada semana intento resumir en unas líneas hora y media de clase.
    Besos!

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  3. Gracias, Ana,
    un beso y feliz semana!

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  4. "Frases cortas, tajantes sin artificios ni adjetivación". Nada me gusta mas. Me voy a regalar un Carver.

    Un abrazo

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  5. Mucho hemos aprendido de los realistas y, también, del llamado "realismo sucio".
    Me pregunto si tal y como están los tiempos no volveremos por algunos lares al realismo.
    Un beso.

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  6. Isabel,
    yo creo que ya estamos volviendo.
    Es curioso que en los relatos que les he hecho trabajar a los alumnos todos han reflejado la situación actual...
    Besos

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  7. Este es mi género, Lola. El que de verdad disfruto.

    Esos protagonistas antihéroes, creibles, con los que nos identificamos fácilmente. Ese lenguaje que no busca lucirse, y cuyo fin último es ingresar a la profundidad humana. Y el retrato de la sociedad, claro, latiendo al ritmo de los personajes.

    Un abrazo!

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  8. Alejandro,
    te creo, se nota que te gusta el género, jeje.
    Saludos!

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